Adiós a un ícono de la educación

Tras su retiro, fue nombrado Rector Emérito, un reconocimiento a su incansable labor.

Que en paz descanse el Rector emérito del Tecnológico de Monterrey, el contador David Noel Ramírez Padilla, a quien tuve el honor de conocer, y contar con sus conferencias en varias ocasiones, dentro del programa de Escuela para Padres de Familia de la Unión Neoleonesa.

Era un gran ser humano, muy congruente, daba testimonio de su Fe con sus actos.

Dentro de los libros de su autoría, Formar para Trascender, con una propuesta clara y objetiva:

“Hoy nuestra sociedad vive uno de los momentos más decisivos de su historia. Nuestro entorno se caracteriza por cuatro rasgos: individualismo, materialismo, hedonismo y permisividad. En este contexto parecería que cada quien piensa sólo en sí mismo, en pretender acumular riqueza sin esfuerzo, valiéndose de cualquier medio y en especial de la corrupción. Pero ante este escenario vacío y superficial, vemos también a seres humanos preocupados por proteger y blindar a las nuevas generaciones inculcándoles valores y formándolos para que tengan un propósito de vida y sean felices. El entorno descrito nos plantea el gran compromiso que tenemos de enfrentar estos desafíos, tarea que alcanzaremos cuando todos los que participamos en la formación de seres humanos nos empeñemos en hacer de ellos hombres y mujeres de bien.”

Participo dando esta conferencia entre otras, animándonos a los padres de familia a mantener el liderazgo en la educación de nuestros hijos, una educación en valores que lamentablemente, no se ha logrado.

“El testamento de David Noel Ramírez Padilla consta de 10 peticiones para su familia:

– Sean honrados. No busquen hacerse ricos rápido y fácilmente. Recuerden que la confianza se gana en abonos y se pierde al contado.

– Sean emprendedores. En la vida vale más fracasar por intentar el triunfo, que dejar de triunfar por el miedo al fracaso.

– Sean resilientes. El éxito fraguado en la adversidad es más valioso y sabe mejor.

– Sean auténticos ciudadanos. No se quejen de lo que pasa en la sociedad, transfórmenla.

– Sean solidarios. Pagar nuestra hipoteca social no es una opción, es una obligación.

– Cuiden y fortalezcan a su familia cuando la tengan. Ningún éxito personal o profesional justificará el fracaso de su familia.

– Remen contracorriente. Hagan suya la enfermedad incurable de luchar siempre por la verdad.

– Sean tolerantes, justos e incluyentes. Quien menosprecia a una persona profana su dignidad, nunca lo hagan.

– Renuncien a la mediocridad. Hagan de su vida una obra maestra, no una obra fallida.

– Hagan de Dios su mejor amigo, su aliado y mentor.”

Lo recordamos con admiración, respeto y agradecimiento, por todas las vidas que impactó y transformo con sus palabras y acciones.

Un regiomontano por adopción, digno de ser recordado y honrado por su legado a la educación y a la sociedad neoleonesa.

Oro por su familia, que Dios les de fortaleza en estos momentos.

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