La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha dado un giro inesperado en el mundo de la moda de lujo. Fábricas chinas han comenzado a exponer, a través de redes sociales como TikTok, los métodos de producción de marcas prestigiosas como Gucci, Louis Vuitton y Chanel, revelando que gran parte de sus productos son manufacturados en China, a pesar de venderse como hechos en Europa.
Una de las cuentas más virales, Bag Bestie, asegura que más del 80% de las bolsas de lujo se fabrican en China. Las marcas solo reciben los productos casi terminados, les colocan el logo y los empaques de lujo, y luego los venden a precios exorbitantes. “Muchos productos dicen estar hechos en Italia o Francia, pero eso es solo parte del marketing”, afirman los creadores de contenido.
Por su parte, la cuenta Luna Sourcing China ha revelado algunos nombres de fabricantes reales. Por ejemplo, asegura que Singapur produce para Louis Vuitton, la curtidora Bodin Joyeux fabrica bolsos Chanel, y Tanneries Hass elabora para Hermès. Sin embargo, en todos los casos, el ensamblaje final se realiza en fábricas chinas.
Estas revelaciones han generado un intenso debate entre consumidores y expertos en la industria. Algunos consideran esto como una estafa de marketing, mientras que otros defienden la práctica como parte del proceso globalizado de producción.
El creador de uno de los videos concluye invitando a los usuarios a “comprar directamente a los fabricantes chinos”, pues estarían obteniendo un producto de lujo sin pagar la marca. Además, advierte a los consumidores a no dejarse llevar por las etiquetas y el “glamour” de las firmas.
Este episodio pone en entredicho la transparencia de las casas de moda más influyentes del mundo.
