Cuenta regresiva en el Vaticano: todo listo para elegir al sucesor del Papa Francisco

tras el fallecimiento del Papa Francisco el pasado 21 de abril. Con 1,400 millones de fieles en el mundo, el proceso para designar al 267º Pontífice

El próximo 7 de mayo comenzará en la Capilla Sixtina el cónclave para elegir al nuevo líder de la Iglesia católica, tras el fallecimiento del Papa Francisco el pasado 21 de abril. Con 1,400 millones de fieles en el mundo, el proceso para designar al 267º Pontífice ha entrado en su fase decisiva, con la instalación de la tradicional chimenea desde la que se anunciará el resultado de la votación secreta.

La chimenea, ya visible desde la Plaza de San Pedro, será clave para comunicar al mundo si los 133 cardenales electores han alcanzado la mayoría de dos tercios necesaria para elegir al nuevo Papa. El humo negro indicará que aún no hay decisión; el blanco, que “Habemus Papam”. Como en los cónclaves anteriores, se realizarán hasta cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde, salvo el primer día.

El proceso es altamente simbólico y espiritual. Las papeletas se queman en una estufa conectada a la chimenea; si no hay acuerdo, se les añaden sustancias químicas para producir el humo negro. Si hay Papa, se usa una mezcla distinta para generar humo blanco.

Durante estos días, unos 200 cardenales participan en congregaciones generales donde discuten los desafíos de la Iglesia: desde los escándalos de abusos hasta las finanzas vaticanas. Muchos cardenales no se conocen entre sí, y estas reuniones sirven también para “decantar nombres”, como expresó el cardenal uruguayo Daniel Sturla.

El mundo observa con expectación. En la Plaza de San Pedro, miles de fieles y turistas ya esperan un desenlace. Se anticipa que el cónclave podría durar pocos días, como ocurrió en 2005 y 2013.

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