“Ojo de Agua”: el mural que transforma el túnel de la Loma Larga en un río de color

“Ojo de Agua” no sólo embellece un paso urbano, sino que transmite una sensación de movimiento, fluidez y conexión.

Lo que comenzó como una tristeza silenciosa ante los muros grises del túnel de la Loma Larga, se convirtió en una obra monumental que hoy llena de color y ritmo los dos kilómetros que conectan Monterrey con San Pedro. La artista chilena Ximena Subercaseaux, quien radica desde hace casi tres décadas en la ciudad, es la mente y corazón detrás del mural “Ojo de Agua”, una pieza que busca no solo embellecer, sino también unificar.

Subercaseaux relata que, al pasar por el túnel, sentía una profunda melancolía por su aspecto sombrío. Esa emoción fue creciendo hasta transformarse en un impulso creativo que derivó en este ambicioso proyecto artístico. “Muchas veces las obras nacen así, de un deseo de que el mundo se vea distinto”, explica la artista.

El mural, que se extiende por 8 mil metros cuadrados, es uno de los más grandes del país. Está compuesto por un diseño geométrico con 21 tonalidades, donde predominan los azules modulados hacia verdes y violetas. La intención, según la autora, era crear una experiencia visual dinámica, pensada para ser percibida a alta velocidad, con un ritmo que acompañe el flujo del tránsito vehicular.

El proyecto fue desarrollado en colaboración con el arquitecto Esteban Huacuja y un equipo de alrededor de 20 artistas, quienes trabajaron durante casi dos meses en jornadas nocturnas, desde las 10 de la noche hasta las 5 de la mañana. Pintar en medio del calor, el ruido del tráfico y la exigencia física de trabajar sobre andamios fue un gran reto, pero también una experiencia transformadora para todos los involucrados.

La obra fue financiada con 2.6 millones de pesos del Gobierno de San Pedro, mientras que la pintura fue patrocinada por la empresa Osel. Uno de los aspectos más simbólicos del mural es que abarca ambos tramos del túnel, representando una unión entre los municipios de Monterrey y San Pedro.

“Ojo de Agua” no sólo embellece un paso urbano, sino que transmite una sensación de movimiento, fluidez y conexión. Para Subercaseaux, esta obra es un regalo a la ciudad que la adoptó y un recordatorio del poder del arte para cambiar paisajes y emociones cotidianas. La inauguración oficial será anunciada en los próximos días.

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