El presidente ruso, Vladímir Putin, reconoció públicamente su preocupación ante la posibilidad de una tercera guerra mundial, al tiempo que reafirmó sus ambiciones territoriales sobre Ucrania y descartó una intervención militar de Rusia en el conflicto entre Irán e Israel. Las declaraciones se dieron en el marco del Foro Económico Internacional de San Petersburgo, y fueron transmitidas en directo por televisión nacional.
“Existe un gran potencial de conflicto que está creciendo. Me preocupa profundamente lo que ocurre en Ucrania y en Oriente Medio”, declaró Putin, quien también manifestó inquietud por la situación en torno a las instalaciones nucleares de Irán, instando a resolver las tensiones por medios pacíficos.
En un tono desafiante, el mandatario ruso proclamó: “Toda Ucrania es nuestra”, al tiempo que recalcó que los pueblos ruso y ucraniano son uno solo. Aunque negó tener como objetivo inmediato la toma de la región ucraniana de Sumi, reconoció que “no lo descarta”, señalando que ya se ha creado una franja de seguridad de hasta 12 kilómetros en esa zona.
Putin aseguró que Moscú no busca la rendición total de Ucrania, pero exigió el reconocimiento de la “realidad sobre el terreno”, es decir, los territorios ocupados por Rusia. También reiteró que Rusia nunca negó el derecho de Ucrania a existir como Estado, aunque insistió en que su independencia estaba condicionada a la neutralidad y la renuncia al armamento nuclear.
En relación con el conflicto entre Irán e Israel, Putin aseguró que, si bien Rusia mantiene sus compromisos con Teherán, no participará militarmente en ese frente. Negó que el Kremlin busque mediar, pero dijo estar en contacto constante con las autoridades iraníes y dispuesto a ofrecer propuestas que contribuyan a la estabilidad regional.
Finalmente, calificó como “retórica” las amenazas israelíes de asesinar al líder espiritual iraní, Alí Jameneí, y expresó su deseo de que tales declaraciones no se conviertan en acciones que agraven aún más la tensión en Oriente Medio.
