Indignación por selfies junto al ataúd de Francisco en el Vaticano

El funeral del papa Francisco está programado para este sábado a las 10:00 a.m. en la Plaza de San Pedro, donde líderes mundiales rendirán homenaje al pontífice

La conmoción por la muerte del papa Francisco dio paso al escándalo cuando decenas de fieles hicieron “selfies” frente a su ataúd abierto durante el velatorio en la Basílica de San Pedro. Testigos, como el turista británico Martin Gilsenan, relataron al Mirror que a pesar de las indicaciones de guardar los teléfonos, muchos visitantes se apresuraban a tomar fotos con sus “selfie sticks” al llegar al frente del cortejo fúnebre, provocando la molestia de quienes esperaban en silencio para rendir respeto citeturn0search2.

El gesto fue calificado de “poco gusto” incluso por otros dolientes. Janine Venables, turista galesa, comentó al Daily Mail su sorpresa porque se les había pedido no tomar fotos en la Capilla Sixtina y, sin embargo, “aquí la gente sacaba sus teléfonos y se hacían selfies con el ataúd” citeturn0search6. En redes sociales, usuarios reprocharon que algunos incluso sonreían junto al cuerpo del pontífice, cuando la tradición marca un ambiente de recogimiento y respeto.

La Basílica, abierta las 24 horas para dar cabida a más de 50,000 personas desde el lunes, se convirtió en escenario de un choque cultural entre el luto solemne y la lógica de las redes sociales. Mientras las autoridades vaticanas permitieron el uso de dispositivos para que los fieles tomaran imágenes del interior, no existía una prohibición expresa sobre fotografías junto al féretro. Sin embargo, la falta de intervención efectiva de los guardias suizos permitió que el fenómeno se reprodujera, generando críticas tanto dentro como fuera del templo.

El funeral del papa Francisco está programado para este sábado a las 10:00 a.m. en la Plaza de San Pedro, donde líderes mundiales rendirán homenaje al pontífice. Hasta entonces, el Vaticano mantendrá el cuerpo en vela pública, y los organizadores esperan reforzar la vigilancia para evitar nuevos episodios de falta de respeto. La indignación por los “selfies” pone en evidencia la tensión entre rituales religiosos centenarios y la imparable cultura digital de capturar cada momento, incluso el más sagrado.

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