A una sola voz jóvenes de una preparatoria particular ubicada al sur del municipio de Monterrey, gritaban: ¡Justicia para Rudy!
Tras las denuncias que estudiantes de dicha prepa interpusieron en la dirección, al no ser escuchados, organizaron una protesta en el interior de las instalaciones.
De acuerdo a un mensaje en redes sociales, uno de los cinco jóvenes agresores, describió el abuso en contra de Rudy, así como también que lo golpearon por resistirse a hacer lo que le pedían, dentro de los baños, en un bote de basura se encontró papeles higiénicos con sangre.
Esto salió a la luz pública debido a la falta de actuación en el interior de la escuela de nivel medio superior, por parte de las autoridades de la misma.
Recientemente hemos conocido de otras situaciones de abuso que se están cometiendo, sin embargo, esto que acaba de suceder, no solo es un delito hacia un menor de edad, se refiere a un joven con discapacidad.
Que se ejerza la justicia en contra de estos agresores, ojalá la autoridad ejerza todo el peso de la ley.
El daño causado al menor es grave, las consecuencias de un abuso sexual dejan grandes secuelas.
Los agresores deben pagar por el daño físico, moral y psicológico.
El joven agredido es una víctima, y es muy lamentable que la institución privada, no haya tomado las medidas correspondientes, para presentar a los agresores ante la ley, sino todo lo contrario, que haya sido cómplice de tan grave delito sexual grupal, en contra del menor en situación vulnerable.
Los Padres de Familia, somos corresponsables de los delitos que comenten los menores de edad, en este caso, vale la pena, considerar, para los padres de estos agresores, también alguna pena, ya que seguramente sus hijos, anteriormente han mostrado signos de abuso, violencia, etc.
Y por otra parte es admirable, que los mismos compañeros hayan sido solidarios y valientes para no callar, y denunciar exigiendo que este acto no quedara impune.
