Gran indignación sentimos padres de familia y estudiantes adolescentes, por los recientes hechos ocurridos en escuelas de Nuevo León la semana pasada. Por un lado, en una preparatoria pública ocurrió una pelea a golpes entre varios estudiantes; al parecer las peleas físicas se están viendo con mayor frecuencia en las diferentes escuelas tanto públicas como particulares. Por el otro lado, existe el caso de una preparatoria particular en la que se presume de acuerdo a las denuncias de los estudiantes de la prepa en cuestión, se realizó un abuso sexual grupal en contra de un compañero con discapacidad.
Estos hechos han rebasado la seguridad de los jóvenes, tanto del sistema público, como del privado.
Los casos que estamos viendo, de abuso, violencia y el riesgo a su integridad física y psicológica, cada vez están siendo más frecuentes, y esto está sucediendo en todos los niveles de educación.
En pre escolar, hemos conocido sobre abusos a menores. En primaria, en secundaria y en prepa vemos los casos de las peleas, introducción de armas, pero lo del recientemente abuso sexual al joven con discapacidad, en el interior de la escuela en donde estudian, él y sus compañeros, exhibe aún más la falta de seguridad, en el interior de las escuelas
Podemos concluir que, la falta de educación hacia las nuevas generaciones, la falta de comunicación, disciplina y en muchas ocasiones tiempo para conversar y convivir en las familias, entre padres e hijos, está ocasionando este tipo de situaciones; abusos, violencias muy lamentables.
Los valores en la educación, como el respeto, la paz, la tolerancia son las grandes áreas de oportunidad en las nuevas generaciones, así como límites y responsabilidades, que los menores de edad requieren para su formación.
En la actualidad, los padres de familia se encuentran absortos en sus problemas del día a día, se olvidan de lo más importante; educar y cuidar el comportamiento de sus hijos.
Así como, por otra parte, ahora los menores conocen tantos derechos, y cero obligaciones, por lo que en algunos casos los padres, viven con temor a que los hijos se traumen, se frustren o se enojen, por ponerles limites, y reglas para cuidar su persona, tener una buena disciplina, así como el respeto y cuidado de los demás.