Con un emotivo video que tocó las fibras del aficionado felino, Rafael Carioca puso fin a una exitosa etapa de ocho años en Tigres, donde ganó ocho títulos y se convirtió en un referente del mediocampo. El brasileño no solo se despidió con agradecimientos, sino con recuerdos vívidos de su trayectoria, destacando especialmente la Final Regia del Torneo Apertura 2017 como el momento más significativo de su paso por el club.
“Desde el primer juego en el Estadio Universitario me sorprendió ver el estadio lleno. No sabía lo apasionada que era la gente de Monterrey”, relató Carioca. Sin embargo, fue la histórica final ante Rayados la que definió su vínculo con la institución. Apenas tenía tres meses en el equipo cuando Tigres se coronó campeón en casa del rival de ciudad. “Sabía que era un Clásico, pero no la magnitud. En ese tiro de esquina que cobra Dueñas le pedí el balón. Cuando cae el gol y veo cómo lo festejamos todos, entendí lo que estábamos logrando”, confesó con emoción.
En el video compartido por el club, también reflexionó sobre los momentos difíciles que vivió, como cuando pasó varios encuentros en la banca. Carioca reconoció que fue el respaldo de la afición lo que le ayudó a no bajar los brazos. “Cuando escuchaba mi nombre desde las gradas, volvía a sentirme fuerte”, dijo.
El mediocampista también habló de su conexión con sus compañeros, destacando su sociedad con Guido Pizarro, a quien calificó como “el casamiento perfecto en la cancha”, y expresó su admiración por figuras como André-Pierre Gignac y Nahuel Guzmán, con quienes compartió grandes batallas dentro del terreno de juego.
El video concluye con Carioca visiblemente conmovido, pidiendo perdón a la cámara antes de romper en llanto. “Gracias por tanto”, alcanzó a decir entre lágrimas.
Con ocho títulos oficiales en su palmarés, Rafael Carioca cierra un ciclo glorioso en Tigres, dejando una huella imborrable en la historia del club. Su entrega, profesionalismo y calidad lo convirtieron en uno de los extranjeros más queridos por la afición auriazul. Su salida deja nostalgia, pero también el recuerdo de una era de gloria.
